Lejos parecen estar aquellos días en que parecía totalmente conveniente solicitar un crédito hipotecario para adquirir una vivienda.
Y es que hace una semana, el Banco Central confirmó el temor que muchos expertos ya venían anunciando: en su informe de coyuntura semanal, la entidad bancaria dejaba en evidencia un aumento de las tasas de interés promedio para los créditos hipotecarios, comerciales y de consumo.
De acuerdo al instituto emisor los intereses de los préstamos para la compra de viviendas promediaron 2,97% durante la semana del 1 al 7 de agosto.
A manera de recordatorio, en la semana anterior habían promediado 2,88% tras haber estado en 2,92% entre el 16 y 23 de julio.
A principios del pasado mes, en tanto, las tasas de interés de los créditos hipotecarios promediaban 2,56%.
Pero, ¿qué factores son los que han llevado a esta presión alcista sobre las tasas hipotecarias desde al menos, mayo de 2020?
A juicio del economista del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, UCN, Marcelo Olivares, este incremento está asociado directamente “a una mayor expectativa de inflación y por lo tanto eventual ajuste al alza por parte del Banco Central de la tasa de política monetaria como respuesta a la mayor actividad económica que ha reducido las brechas de producción y el alza del tipo de cambio”.
Dicho proceso inflacionario cabe recordar, -cuya magnitud quedó plasmada en el IPC de julio cuando este índice llegó al 0,8%, acumulando una variación en 12 meses del 4,5%- se explica por el efecto que han generado los retiros del 10% de los fondos de pensiones, discusión que hoy día nuevamente, está sobre la tabla, para autorizar un eventual cuarto retiro.
Pero no es el único factor, pues el panorama interno del país, con una elección presidencial en noviembre que se vislumbra apretada, también incide en ello.
Según explica Olivares, “adicionalmente, en el escenario actual de mayor incertidumbre, los bancos e instituciones financieras de alguna manera enfrentan un mayor riesgo en relación a la entrega de créditos, lo que incrementa su costo”.
Entonces, en lo inmediato, ¿a quién afecta esta situación?
Pues con una tendencia al alza de la inflación, además de una UF que se espera, rompa la barrera de los 30 mil pesos en la segunda quincena de agosto, claramente los efectos más visibles serán el encarecimiento de arriendos, pagos que se pactan en esa unidad, y por supuesto, de los propios créditos hipotecarios.
Al respecto, el académico Marcelo Olivares, lo explica así: “En lo inmediato afecta a quienes están comprando una vivienda, por cuanto se enfrentarán a tasas más altas y por lo tanto enfrentarán un mayor costo al endeudarse, ya sea para la vivienda o el consumo”.
Pero el problema no son solo los créditos. Para el economista y académico de la Universidad de La Serena, Orlando Robles, “la inflación finalmente también está generando un alza en los dividendos porque la mayoría de los créditos son gestionados en UF y como la ubicación está desatada en el último tiempo, el pago en pesos de los créditos hipotecarios esta mas exacerbado”.
Y lo cierto es que todo indica que el fenómeno se mantendrá en el tiempo, pues hay ciertos factores que jugarían a favor de ello: la discusión por un cuarto retiro, la extensión del IFE Universal hasta noviembre, las expectativas sobre el IPC, indican que el Banco Central debería introducir cambios en su Tasa de Política Monetaria, que elevarían los costos de financiamiento, traspasando dichas alzas al resto de tasas.
A juicio de Robles, las evaluaciones de riesgo de una persona al postular a un crédito son superiores a 6 meses, por lo que es difícil hacer pronósticos claros. En todo caso dice, “yo me la jugaría a que con el IFE y si hay más retiro de 10% va a haber una expansión aun mayor, la cual de alguna forma presionaría a que se incentive a aumentar aún más la tasa por parte de Banco Central para intentar frenar la inflación”.